Tenía unas ganas locas de hacer la reseña de este libro porque mientras lo leía me iba enamorando más y más de él. Y es que ya sólo en la librería me enamoré perdidamente del chico de la portada y claro... ¡Su historia no sería para menos! (Suponiendo, claro, que el chico de la portada sea el protagonista. Que para mí lo ha sido =D)
¡Vamos a ello!
Datos
Título: Dinámica de los cuerpos eléctricos
Autor: Juan Sardá
Editorial: Suma de letras
ISBN: 978.84.83651773
¿De qué trata?
Nos encontramos en una habitación de hotel el día antes de la boda de nuestro protagonista en la ciudad de Nueva York.
Desde aquí se sume en un enorme flashback dónde nos relata sus años en Barcelona colmados de alcohol, drogas y fiestas interminables en el marco de la alta burguesía. En este contexto nos cuenta cómo conoce a su novia Charlene, la tormentosa relación con su amigo y amante, Wences; sucesos en su infancia... En definitiva, nos cuenta todos los momentos importantes que le han llevado a esta habitación dónde ahora se debate sobre sus verdaderos sentimientos.
Empezaré por una de las cosas que más me ha llamado la atención y, probablemente, la más evidente. No se desvela el nombre del protagonista.
Desde un punto de vista totalmente subjetivo achaco esta falta de nombre a que el autor quiere mantener el anonimato del protagonista, haciéndonos ver que podría ser cualquiera.
Que la historia puede ser tan real que el protagonista quizás fuera un amigo, un conocido, familiar o incluso nosotros mismos. En mi caso el protagonista me recuerda a mucha gente, y a nadie en concreto. Es como una pequeña mezcla de lo bueno y lo malo de cada uno.
Si os parece, para poder referirme a él en el resto de la reseña, le bautizaré como Víctor, un nombre que siempre me ha encantado =D.
Cabe destacar que toda la novela es un ir y venir de flashbacks de diferentes etapas de su vida por lo cual está todo un poco mezclado.
Se divide en dos partes muy bien diferenciadas:
En la primera nos cuenta la vida que llevan Charlene y Víctor días después de conocerse. Las alocadas experiencias llenas de sexo, drogas y un enorme despilfarro de dinero. Más adelante se nos revela la forma en la que se conocieron y el largo viaje en tren que compartieron hablando sin parar. Y por último, y probablemente lo más importante de esta primera parte, nos cuenta minuto a minuto esa primera noche en la que quedan para salir juntos.
La segunda parte cambia totalmente el rol y nos muestra la infancia y adolescencia de Víctor. Y lo más importante, cómo conoce a Wences y toda su relación hasta el presente.
Como siempre digo... respecto al argumento aquí lo dejo. Más que nada porque este libro es un clarísimo ejemplo de lo que yo llamo "argumento continuo" y si me meto de lleno en todo lo que ocurre pues... sería un spoiler tras otro.
En lo que sí quiero hacer hincapié es en los personajes. Sobretodo -evidentemente- en Víctor.
Este chico ha logrado cautivarme en todos los sentidos posibles. Imaginaros a un chico atractivo, guapo, y que ademas lo sabe. Un chico que vive rodeado de niños de papá y que, aunque en algunos casos él lo parezca también, los desprecia con toda el alma...
Víctor vive el día a día sin pensar demasiado en las consecuencias, es un alma libre y, dicho sea de paso, bastante libertino. Se limita a salir, drogarse y acostarse con quién le ponga cachondo. Así es él. Algo excéntrico y, a veces, un chulo sin compasión.
De todas formas, dentro de esta personalidad algo caótica, se deja entrever alguien transparente. Un hombre que tiene miedos, que sufre el abandono de los que, él pensaba, le querían, amedrentado por descubrir su propia sexualidad, traumatizado por los fantasmas del pasado ... Y sobretodo vemos ésto último en la segunda parte del libro, dónde Víctor se abre por completo y podemos ver realmente esa mente atormentada que se disfraza de cocaína y alcohol.
Respecto a Wences y Charlene, los dos únicos personajes que logran cambiar la vida de nuestro anfitrión, poco se puede decir. El libro nos muestra sólo algunos destellos de la personalidad de cada uno. Son meros peones en un ajedrez dónde el rey es Víctor.
Charlene me cae bien en un principio. Una chica americana algo cabeza loca que lo único que quiere es vivir experiencias y pasárselo bien. Sin embargo desde el punto de vista de Víctor es una mujer despiadada y manipuladora que ha conseguido en él lo que nunca antes había hecho. Ya la iréis conociendo...
¿Y sobre Wences? ¿Qué decir de ese muchacho? Aparentemente es un chico con un corazón enorme y que se deja llevar por las emociones pero también es alguien posesivo y celoso. Desgraciadamente en esta novela esos rasgos chocan demasiadas veces y acaba por convertirse en un personaje un tanto curioso. Y ésto lo digo porque en la última hoja todavía no sabía si le quería o le odiaba. Un chico interesante...
Lo que más me impactó de esta novela es la maestría que tiene el autor en plasmar cada hora en una noche de fiesta, cada minuto en una raya de coca, cada segundo en una mirada, en un beso... Es alucinante lo mucho que te transmite y lo mucho que te metes en este mundo. En las noches locas de Barcelona, las drogas, el sexo... Y, ante todo, en la cabeza de Víctor y en sus pensamientos casi apocalípticos.
En ocasiones me daba miedo seguir leyendo ya que temía las consecuencias de sus acciones y me esperaba lo peor. También lloré junto con él cuando me contaba sus recuerdos más dolorosos. En fin, casi se puede decir que fui su hombro de apoyo en todo el tiempo que duró mi lectura. Y no descarto volver a leerlo pronto para poder fijarme más en aquellos detalles que se me pasaron por alto la primera vez.
El final de esta historia es, sin duda, lo más frustrante de todo. En general, no es un libro predecible y, por lo tanto, nunca sabes por dónde van a ir los tiros. Pero es que el final... Para que os hagáis una idea: faltaban apenas cinco hojas para terminarlo y yo todavía estaba desquiciada sin entender nada!! Pero no me malinterpretéis, es un buen final. Lo único que ocurre es que no es algo que te esperes o incluso que puedas imaginarte dado el momento. Simplemente es el final porque el libro se acaba. He de decir que me dejó un vacío enorme y hubiera preferido que, al contrario, el final me hubiera llenado.
Sin más... Deciros que esta novela trata sobre esa generación que vive sin ataduras sin complejos, para luego despertarse vacíos. Es el momento en que se dan cuenta de lo materialista que es todo, de las amistades de conveniencia, de los amores verdaderos, de lo planas que son sus vidas... Una radiografía de aquellos jóvenes que se duermen teniendo el mundo a sus pies y despiertan en la más absurda pobreza.
Libro de tapas blandas con solapas, letra grandota y un aprovechamiento de las hojas algo bajo. Se divide en dos partes y tiene capítulos cortos, pero no enanos.
Se concentra bastante en los pensamientos, las descripciones de los sentimientos y las estancias por lo que no contiene demasiado diálogo. De todas formas éstos son muy coloquiales, con numerosas palabrotas y algo de jerga.
En términos de lenguaje es lo que dije antes, utiliza mucha jerga y palabrotas ya que el narrador es el propio Víctor (y este chico no se corta un pelo en llamar a las cosas por su nombre). En cierto modo creo que así es mucho mejor. No me imagino esta novela escrita de una forma refinada y cuidando la pureza de los lectores. La narración es dura y directa, y así tiene que ser. La única pega que le encuentro es que abusa de las oraciones interminables. Me refiero a oraciones enormes, con comas, paréntesis y aclaraciones... que hacen que pierdas el hilo de lo que se empezaba a decir y tengas que volver al inicio.
El ritmo es constante, un sin parar. En esta novela no encontrarás cabida para el descanso. Es puro éxtasis nada más empezar.
Lo malo es que con tantos saltos en el tiempo, a veces, al empezar un nuevo capítulo no sabes en qué año estás o, incluso, dónde estás. Es algo lioso hasta que le pillas el truco y te recolocas en todos los escenarios que se describen simultáneamente. Una vez conseguido éso ya no hay problema.
Pros: Una historia que te llena por completo. Un protagonista casi real y que recreas con auténtica pasión. Una narración directa y sin tapujos. Un argumento fuera de lo normal y que gusta... Buf... Muchos pros tiene este libro!
Contras: De vez en cuando te pierdes en las frases interminables y en los inicios de los capítulos en los que cambia de tiempo y lugar.
Si os parece, para poder referirme a él en el resto de la reseña, le bautizaré como Víctor, un nombre que siempre me ha encantado =D.
Cabe destacar que toda la novela es un ir y venir de flashbacks de diferentes etapas de su vida por lo cual está todo un poco mezclado.
Se divide en dos partes muy bien diferenciadas:
En la primera nos cuenta la vida que llevan Charlene y Víctor días después de conocerse. Las alocadas experiencias llenas de sexo, drogas y un enorme despilfarro de dinero. Más adelante se nos revela la forma en la que se conocieron y el largo viaje en tren que compartieron hablando sin parar. Y por último, y probablemente lo más importante de esta primera parte, nos cuenta minuto a minuto esa primera noche en la que quedan para salir juntos.
La segunda parte cambia totalmente el rol y nos muestra la infancia y adolescencia de Víctor. Y lo más importante, cómo conoce a Wences y toda su relación hasta el presente.
Como siempre digo... respecto al argumento aquí lo dejo. Más que nada porque este libro es un clarísimo ejemplo de lo que yo llamo "argumento continuo" y si me meto de lleno en todo lo que ocurre pues... sería un spoiler tras otro.
En lo que sí quiero hacer hincapié es en los personajes. Sobretodo -evidentemente- en Víctor.
Este chico ha logrado cautivarme en todos los sentidos posibles. Imaginaros a un chico atractivo, guapo, y que ademas lo sabe. Un chico que vive rodeado de niños de papá y que, aunque en algunos casos él lo parezca también, los desprecia con toda el alma...
Víctor vive el día a día sin pensar demasiado en las consecuencias, es un alma libre y, dicho sea de paso, bastante libertino. Se limita a salir, drogarse y acostarse con quién le ponga cachondo. Así es él. Algo excéntrico y, a veces, un chulo sin compasión.
De todas formas, dentro de esta personalidad algo caótica, se deja entrever alguien transparente. Un hombre que tiene miedos, que sufre el abandono de los que, él pensaba, le querían, amedrentado por descubrir su propia sexualidad, traumatizado por los fantasmas del pasado ... Y sobretodo vemos ésto último en la segunda parte del libro, dónde Víctor se abre por completo y podemos ver realmente esa mente atormentada que se disfraza de cocaína y alcohol.
Respecto a Wences y Charlene, los dos únicos personajes que logran cambiar la vida de nuestro anfitrión, poco se puede decir. El libro nos muestra sólo algunos destellos de la personalidad de cada uno. Son meros peones en un ajedrez dónde el rey es Víctor.
Charlene me cae bien en un principio. Una chica americana algo cabeza loca que lo único que quiere es vivir experiencias y pasárselo bien. Sin embargo desde el punto de vista de Víctor es una mujer despiadada y manipuladora que ha conseguido en él lo que nunca antes había hecho. Ya la iréis conociendo...
¿Y sobre Wences? ¿Qué decir de ese muchacho? Aparentemente es un chico con un corazón enorme y que se deja llevar por las emociones pero también es alguien posesivo y celoso. Desgraciadamente en esta novela esos rasgos chocan demasiadas veces y acaba por convertirse en un personaje un tanto curioso. Y ésto lo digo porque en la última hoja todavía no sabía si le quería o le odiaba. Un chico interesante...
Lo que más me impactó de esta novela es la maestría que tiene el autor en plasmar cada hora en una noche de fiesta, cada minuto en una raya de coca, cada segundo en una mirada, en un beso... Es alucinante lo mucho que te transmite y lo mucho que te metes en este mundo. En las noches locas de Barcelona, las drogas, el sexo... Y, ante todo, en la cabeza de Víctor y en sus pensamientos casi apocalípticos.
En ocasiones me daba miedo seguir leyendo ya que temía las consecuencias de sus acciones y me esperaba lo peor. También lloré junto con él cuando me contaba sus recuerdos más dolorosos. En fin, casi se puede decir que fui su hombro de apoyo en todo el tiempo que duró mi lectura. Y no descarto volver a leerlo pronto para poder fijarme más en aquellos detalles que se me pasaron por alto la primera vez.
El final de esta historia es, sin duda, lo más frustrante de todo. En general, no es un libro predecible y, por lo tanto, nunca sabes por dónde van a ir los tiros. Pero es que el final... Para que os hagáis una idea: faltaban apenas cinco hojas para terminarlo y yo todavía estaba desquiciada sin entender nada!! Pero no me malinterpretéis, es un buen final. Lo único que ocurre es que no es algo que te esperes o incluso que puedas imaginarte dado el momento. Simplemente es el final porque el libro se acaba. He de decir que me dejó un vacío enorme y hubiera preferido que, al contrario, el final me hubiera llenado.
Sin más... Deciros que esta novela trata sobre esa generación que vive sin ataduras sin complejos, para luego despertarse vacíos. Es el momento en que se dan cuenta de lo materialista que es todo, de las amistades de conveniencia, de los amores verdaderos, de lo planas que son sus vidas... Una radiografía de aquellos jóvenes que se duermen teniendo el mundo a sus pies y despiertan en la más absurda pobreza.
Libro de tapas blandas con solapas, letra grandota y un aprovechamiento de las hojas algo bajo. Se divide en dos partes y tiene capítulos cortos, pero no enanos.
Se concentra bastante en los pensamientos, las descripciones de los sentimientos y las estancias por lo que no contiene demasiado diálogo. De todas formas éstos son muy coloquiales, con numerosas palabrotas y algo de jerga.
En términos de lenguaje es lo que dije antes, utiliza mucha jerga y palabrotas ya que el narrador es el propio Víctor (y este chico no se corta un pelo en llamar a las cosas por su nombre). En cierto modo creo que así es mucho mejor. No me imagino esta novela escrita de una forma refinada y cuidando la pureza de los lectores. La narración es dura y directa, y así tiene que ser. La única pega que le encuentro es que abusa de las oraciones interminables. Me refiero a oraciones enormes, con comas, paréntesis y aclaraciones... que hacen que pierdas el hilo de lo que se empezaba a decir y tengas que volver al inicio.
El ritmo es constante, un sin parar. En esta novela no encontrarás cabida para el descanso. Es puro éxtasis nada más empezar.
Lo malo es que con tantos saltos en el tiempo, a veces, al empezar un nuevo capítulo no sabes en qué año estás o, incluso, dónde estás. Es algo lioso hasta que le pillas el truco y te recolocas en todos los escenarios que se describen simultáneamente. Una vez conseguido éso ya no hay problema.
Pros: Una historia que te llena por completo. Un protagonista casi real y que recreas con auténtica pasión. Una narración directa y sin tapujos. Un argumento fuera de lo normal y que gusta... Buf... Muchos pros tiene este libro!
Contras: De vez en cuando te pierdes en las frases interminables y en los inicios de los capítulos en los que cambia de tiempo y lugar.
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